Más que la española, es la cultura europea quien acoge con mayor interés la obra de este aragonés. Todavía en su época, algunas de sus obras son traducidas al francés y al inglés. A finales del siglo XVII aparece la traducción italiana del Oráculo manual, y ya en el siglo XVIII, salen a la luz  traducciones de varios libros gracianescos en alemán, holandés, rumano, polaco, húngaro y ruso.

Uno de sus más conocidos admiradores fue Voltaire, cuyo carácter era muy afín al del español. Pero fueron los comentarios tan laudatorios de Schopenhauer y Nietzsche los que dieron un fuerte impulso a la obra de Gracián no sólo en Europa, sino también, sorprendentemente, dentro de nuestras fronteras.

Hoy por hoy, Baltasar Gracián posee fama mundial y está considerado como uno de los grandes escritores, pensadores e intelectuales de la historia.