Mi vida según Gracián o el pasado que nos alcanza

José Luis Cano

Del 04/09/2014 al 30/10/2014
Hemos de proceder de tal manera
que no nos sonrojemos ante nosotros mismos.
     -Baltasar Gracián.

Permítanme confesar que presentar la obra José Luis Cano, en el Centro de la UNED en Calatayud, exige un plus de responsabilidad tan fuerte que durante algún tiempo me ha tenido colapsada. Porque Cano es un artista polifacético, al que se podría tildar de excesivo y sorprendente, que analizado en cada una de sus facetas resulta en todas sugestivo trascendente, extraordinario.

Si a lo citado anteriormente le añadimos que lo que mostramos en esta Exposición es una parte de su producción como artista plástico contemporáneo –de los años 70 del pasado siglo XX a la actualidad- y más concretamente aquellas creaciones en las que las ideas, pensamientos y conceptos de Baltasar Gracián han estado en el germen y actuado como revulsivo creativo, las dificultades se acrecientan: Gracián y Cano / Cano y Gracián….

Estamos ante una muestra que necesariamente habrán de visitar con calma. Porque si la analizamos con detenimiento, en cada una de las obras presentadas –construidas conceptualmente en una marcada línea expresionista, con una paleta de color muy restringida en la mayoría de los casos- descubriremos mucho más de lo que las imágenes inicialmente nos sugieren. Cada uno de los cuadros, a través de diversas referencias –preeminentemente el título elegido por su autor pero no sólo- apunta, insinúa y nos propone una viaje a través de la historia; de la Historia colectiva y de la personal. Un ejercicio reflexivo que aportará el complemento indispensable para la individualización de su lectura, y será precisamente ese pasado el que acabe de asentar el contenido de las obras. Un pasado que inevitablemente nos alcanza y hacia el que nos arrastra Clío, la diosa de la historia; Calíope, la de la bella voz; Ofelia, enloquecida por unos acontecimientos que acaban superándola….. Y Gracián, cómo no, en el núcleo, en la médula de todo.

En esta exposición redescubrimos a un José Luis Cano de mirada profunda, amarga, en algunos casos desolada: Retrato imaginario de verdugo, Compañero de Gracián en Tarazona…. una visión pesimista de la sociedad en general en la que queda poco margen para el humor y la “retranca” tan presentes en otras de las facetas del artista. En las composiciones, complejamente trabajadas, emerge el hombre culto, leído e ilustrado, que tanto cuesta encontrar en las nuevas generaciones de artistas plásticos. Y es que Cano reúne muchos de los “primores” de El héroe de Gracián: Elevado ingenio, despejado, hondo de juicio y gusto relevante…..

Todo ello está presente en el conjunto de obras que podremos ver hasta mediados de octubre en Calatayud, en el mismo edificio en el que en el s. XVII Gracián pasó buena parte de su infancia y de su vida. No se la deben perder.

María Jesús Buil
Directora de las Salas de Exposiciones