Godofredo Ortega Muñoz, en Utebo.

Quiero agradecer en primer lugar a la Fundación Ortega Muñoz y a la Asociación Grupo de Historia de Utebo representada por Don Jaime Latas el esfuerzo que desde hace más de un año vienen haciendo para que pudiésemos disfrutar de una primera etapa en la pintura de Don Alejo Godofredo Manso Ortega Muñoz a su paso por Utebo. Trabajos que, podemos decir, son el espejo y origen de su lenguaje plástico.

Ortega Muñoz  (San Vicente de Alcántara, 1899 - Madrid, 1982) nace con el siglo XX. Es autodidacta y  un gran viajero por Europa y África. Él mismo nos cita a aquellos de quienes pudo haber aprendido como Giotto, Cimabue, Tozzi o Morandi. Tuvo influencia de artistas españoles como Alberto Sánchez o Benjamín Palencia que forman la Escuela de Vallecas, asumiendo también la pintura metafísica en su concepto pictórico.

En uno de estos viajes, París 1920, conoce a Don Gil Bel Mesonada (Utebo,1895 - Madrid,1949) poeta y librepensador con quien fragua la amistad imperecedera a la que debemos, tal vez, el cambio conceptual en esas primeras épocas de su sólido aprendizaje artístico. Los cuadros que están ante ustedes son fruto de esta época. No están todos, pero sí son los suficientes y necesarios para coronar el recorrido expositivo aragonés que Don Ortega Muñoz inició con su primera exposición en el Casino Mercantil de Zaragoza en 1927.

Ortega Muñoz es un pintor de vacíos, de ausencias, bajo una estructura geométrica de las que llena el espacio compositivo (círculo, rectángulo y triángulo, combinados entre sí o en muchas ocasiones jugando en forma de T), generando un orden que no solo es producto de su intuición, también lo es de su reflexión y por tanto de su comprensión plástica del paisaje. Y me refiero no solo al espacio ordenado en un soporte, sino al paisaje que ven sus ojos, el espacio que él vive, que él siente. Trasladándonos al interior de nuestros propios paisajes vividos o soñados con una iconografía propia, personalísima, que se transforma en lenguaje universal. 

Ortega Muñoz es uno de nuestros mejores paisajistas del siglo XX. 

Y como toda buena exposición requiere de un buen espectador, esta no sería posible sin su presencia. Agradezco encarecidamente su asistencia y deseo que disfruten gratamente de esta que tengo el honor de presentar a todos ustedes en  las salas de la UNED de Calatayud.

Arturo Gómez

Comisario de la Exposición