a-friké es el título que Alberto Carrera Blecua ha dado a la magnífica Exposición que presenta en el Centro de la UNED en Calatayud. La muestra está formada, casi en su totalidad, por los cuadros que ha pintado durante su estancia en Senegal, -hermoso país que, como la propia obra nos demuestra, le ha dejado intensa huella-, y algunos más construidos a la vuelta, en la soledad de su estudio, con la retina impregnada del color y la luz de N’Gor, la pequeña isla senegalesa en la que se instaló, y la mente aún colmada de hechizos y vivencias. Según me cuenta el propio Alberto, los griegos creían que en el continente africano nunca hacía frío, por eso lo denominaron a-friké que quiere decir sin frío; de ahí el título.

   Carrera Blecua ya conocía el África mediterránea. Tras su estancia en Túnez, hace algunos años, nos sorprendió con una excepcional muestra constituida por interesantes y variadas piezas de cerámicas que supuso un hito en su carrera en cuanto a la técnica utilizada, pero en las que seguíamos reconociendo al creador de siempre, intenso, penetrante, metafísico. Ahora Senegal, le ha brindado un paso más. El imaginario del África subsahariana, extraordinariamente rico en tradiciones, leyendas, mitos, narraciones ... ha penetrado en el lenguaje expresivo del artista conformando un entramado complejo, armonioso y depurado; pleno de sugerencias.

   Las pinturas de Carrera Blecua, pasmosamente matéricas, fusionan ceras, resinas, tierras, pigmentos, pátinas... “resueltas con poderosos y madurados recursos técnicos”, -nos dice Pilar Borrás- no pueden dejarnos indiferentes. En ellas bulle la vida, la muerte, la lucha, el drama, la soledad. La soledad que para Pedro Salinas es sinónimo de frío, de invierno. Eso que no ocurría nunca en el a-friké, según los griegos...

   Las pinturas que Carrera Blecua ha creado a partir de su vivencia personal en Senegal traspasan lo meramente pictórico. Conforman un lenguaje de experiencias acumuladas por el artista y nos las transfiere del modo con el que mejor se expresa: el color, el trazo, la materia. Si detenidamente las contemplamos, “oiremos” cómo palpita y se estremece ese maravilloso continente, tan cercano y tan lejano: África, a-friké.

María Jesús Buil Salas

Directora de las Salas de Exposiciones UNED Calatayud